Sobre el Hombre Topo

SOBRE EL HOMBRE TOPO:

Somos un grupo de producción literario e intelectual definido por su obsesión por la crítica cultural, la escritura, el cine, la filosofía y la traducción. Esperamos difundir ideas, textos, traducciones, fragmentos inteligentes de una luz no tan lejana.
Escriben en esta revista: Franco Bordino, Matías Rano, Gustavo Roumec, Tiépolo Fierro Leyton, Juan M. Dardón, Tomás Manuel Fábrega y Xabier Usabiaga.

martes, 29 de diciembre de 2015

ARREMETIDA DE LLUVIA

por Tomás Manuel Fábrega

Lluvia sobre el mar. John Constable

Gotea a cantaros de aguas que fueron anunciadas
tan contadas y vaticinadas
que el aviso solo fue un catalizador de desgracias
como desgraciados son sus mensajeros,
charlatanes con discursos sobre química y catástrofes
mientras estas aguas incoloras no responden ni contestan pregunta alguna

Gotea, gotea, gotea
al tiempo que la llovizna o el temporal
son necesidad ante la fuerza y opulencia de los miserables días tristes


qué es lluvia sino agua nuestra
alegre, festival y popular
¡agua de mayorías!

Qué es la lluvia sino una canción para los niños

Qué es la lluvia
si no un mar difunto
que cayendo
desborda los caminos anunciando las buenas nuevas
o ríos con sed
la sed tremenda, atarantada,
de recorrer al mundo
rincón por rincón,
palmo a palmo
ahogándonos como a los cuerpos áridos

gotea,
y es que está lloviendo por los cuatro costados de la plaza
escurren y pasan las aguas
cuales silbos de alegría recorriendo terrenos perdidos
recuperando tono a tono
los últimos vestigios y espacios comunitarios del panorama aguachinado

gotea, gotea y se desploma el orden,
se humedece la materialidad del amargado,
mientras empapa de vida
de vida vivida y luchada
al que la oiga
cuando no arroja: insolente
granizo tras granizo
frente contra frente
dejando un panorama de tuertos y mentones descolocados

gotea mientras llueve
porque llueve mientras nos gotean
y es mojada la soberbia de la casa y mansión de un rico
que cuando se derrumba
no es sino la demolición creada por la arremetida lluviosa de nuestros abuelos:
estas son sus gotas
y esta es su venganza
que es la venganza de los movimientos contra la quietud
la de las contradicciones frente a la mesura
la del permanente descalabro frente al progreso
que es retórico y abusivamente cobarde
porque se arranca de la confrontación original

esta es la caída
que y desde las montañas
relata lo monótono,
lo uniforme de un chis chas que se eleva por cuadrados de protesta aguacífera
que rompe y abre
y abre en cuanto rompe,
rasgando cuando no circula: un río nevado
cual cadena
ve fluir los embates del desencanto,
la indignación
y las ansias justicieras de que el barro no sea barro
sino caldo y pozo de nuestra borrasca,
la borrasca y la avalancha terrenal aceitada por chubascos.

Llueve, llueve,
nuevamente y otra vez,
nos golpean desde un cielo triangular
que a manera de horizonte: golpea
cual golpe de gracia y radical
a la desolación de vivir escuchando los rumores,
los rumores de los próximos años de desierto.