por Tomás Manuel Fábrega
“Serás un rey, inventarás un mundo”
y el pueblo de mi madre replicó:
y el pueblo de mi madre replicó:
los cuentos floridos
los versos desesperados
la novela estremecedora
los versos desesperados
la novela estremecedora
la rebeldía diplomática y resolutiva.
Se ensancharon los caminos,
hubo ruido y pánico,
hubo ruido y pánico,
otra vez un deseo se anunciaba como noticia.
Los bailarines de mi ciudad se detuvieron,
Los bailarines de mi ciudad se detuvieron,
mis profesores y maestros sintieron la
corazonada de haber oído la sinrazón al tiempo que mis adversarios explotaron
en un reír indomable.
De pronto,
yo mismo envilecido bastaba como cortejo
fúnebre lloré una pradera y dos encantos de mensajera
alcé la compasiva idea de negarme contrarié
al gentío
mientras tanto
les cantaba mis dos o tres más santas verdades.
Asesiné a la expectativa con un espectáculo
y reuní la pasión escondida por centurias.
Hacía falta un temporal,
¡bastaba
con el júbilo de los viejos!
¿Qué es lo que no
alcanza a verse en la explanada inmortal del repudio?
II
“Eso pasa porque estudias
historias” Decretaron las amistades de mi gente.
Aquella cúpula de individuos que ha estado
conmigo desde siempre
atajando las estrellas, impugnando lo soñado
¡y jamás he esbozado el deseo de
acompañármelos!
Les conté que la sangre no merece la
obediencia que merecen las campanas ni la tajantería pensionada,
Por el contrario, conversé ycanté
“ven a la caverna amigo,
hay un tumulto de civilizaciones arrojando los
recuerdos”
Hay dos leyendas
platicando sobre los abismos
desafiando las planificaciones centrales y
los catálogos ordinarios los rótulos de la tradición
y el himno de los extraños.
Un par de animales desclasifican la ciencia
y tres olas, simplemente, avanzan:
avanzan como un remolino ante las
complacencias.
III
“Eres como esa
gente que ya no veo y que crece en los recuerdos”
Pensaron
las amigas crecidas, los senos enormes,
los talentos multiplicados por la ausencia
de otros talentos.
“Lánzate
al vacío,
solo
investigaste a un campeador y elogiaste un futuro.”
No hay significación
posible,
ni
hay resultados en esta componenda.
Un amigo
verdadero preguntó
Tú, que estudias historia, que serás un rey,
que inventarás un mundo y que vas creciendo en la ausencia de los recuerdos
¿Qué hay, digo, de bueno en las épocas de
libertades ensombrecidas y apagadas?
La oscuridad de la encerrona obliga la
mirada larga,
la desautorización del presente
y
eleva las preguntas por el porvenir distendido.