VENIR Y SER PURO COMO LAS ROCAS
Cimbrar frente al viento que nos da la espalda,
llegar y decantarse hasta alcanzar la quietud máxima.
Todas las palabras y todas las historias residen
en el corazón ígneo de nuestros valles,
en las entrañas perpetuas de las montañas.
Venir y ser puro,
puro sobre el lomo gris
de este corcel que no relincha pero que se
hunde en el fango y en el mar tormentoso.
Arquetipo de calle y callejuela,
que es el apóstol
gritando un no rotundo, tres veces antes del despertar de la rutina,
residente perenne ante la corriente
de todos los ríos.
Encarnadas en la mirada.
Nuestros pies,
tres golpes antes
de que el fuego salte en los aires.
Venir puro como las rocas,
inamovibles en la tragedia.
TIÉPOLO FIERRO LEYTON
(Panóptico, 2014)
Cimbrar frente al viento que nos da la espalda,
llegar y decantarse hasta alcanzar la quietud máxima.
Todas las palabras y todas las historias residen
en el corazón ígneo de nuestros valles,
en las entrañas perpetuas de las montañas.
Venir y ser puro,
puro sobre el lomo gris
de este corcel que no relincha pero que se
hunde en el fango y en el mar tormentoso.
Arquetipo de calle y callejuela,
que es el apóstol
gritando un no rotundo, tres veces antes del despertar de la rutina,
residente perenne ante la corriente
de todos los ríos.
Encarnadas en la mirada.
Nuestros pies,
tres golpes antes
de que el fuego salte en los aires.
Venir puro como las rocas,
inamovibles en la tragedia.
TIÉPOLO FIERRO LEYTON
(Panóptico, 2014)
*Imagen: "Memoria de un viaje", Rene Magritte (1952)
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