Cuando miramos más allá del horizonte
Vemos un horizonte igual de azul
que mis pulmones.
La colilla del cigarro vuela
Impulsada por el golpe,
Y en su vuelo va dibujando un mapa imposible.
Lo loco de todo
Es que farfullamos palabras igual de blancas
Mientras recorremos un pasado.
Para endulzarlo,
Para que no sea tan amargo
Como en verdad es.
Vamos regando al pasado con esas palabras blancas
Y, entonces,
la tristeza tiene fin
Pero por un rato nomás.
Un rato que para nosotros
es un pedacito de pasado.
Más arriba hay una estrella
Que nos canta una letanía aburrida,
Que sube desde los tiempos en que no teníamos memoria
Y que oímos repetir por varios segundos,
Se corta,
y se repite por varios segundos,
se corta.
Cuando el pálido canto se apaga,
Se vuelve a encender.
Notamos que el campo está calmo,
Y que el viento ya no recorre los pliegues
De los galpones,
Ni arrastra el polvo de las piedras olvidadas.
Y las plumas se desparraman
En una explosión roja.
Esta noche comeremos en torno al fuego
Carne fresca
Como ayer.
Saciados, por fin,
a la luz de unas brasas moribundas,
cantamos
como un coro de muerte.
GUSTAVO ROUMEC
PINTURA: DIEGO RIVERA, "ALAMEDA"
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