La
eventualidad de la película
De Salamanca del Choapa
No quedan más que ríos y palmas
Allí pensé en mi trascendencia
Un día cuatro de febrero de 1992
Recordé mi futuro
Como si los vientos me contaran que seré un fracasado más
Nada ocurría en el pueblo
Solo el vino conversaba con las calles, y las
plazas
Los cerros me dijeron:
“vos nos
sos llanero“
me derrumbé
Ramiro Rafael Berrillos, el poeta
Escribió una carta, decía:
Pareciera que la ambigüedad hace la
correspondencia, vos sos la muerte y no el diablo. Déjate de actuar en bailes y
fiestas. Vente a La Tirana ,
hombre, hombre de mala fe. La poesía es el lenguaje del tiempo.
Un
abrazo para- conmigo
RRB
El mar El mar
Me hablaba de seres que
Sin saberlo, cayeron en cuenta del infortunio
Cayeron en cuenta del
infortunio
Ese día parecía: multiplicarse
La nieve
reflexionaba
Contemplaba la realidad, y pronunció su
discurso:
Tu
futuro no es más que el de un pecador, absoluto. Un pecador por excelencia. Tu
existencia es la de fracaso en fracaso. Caída tras caída.
¡De pie
muchacho!
Los jueces:
Nunca debatas creyendo tener la razón
¡Como creerles!
y los bosques, ellos sí que hicieron rememorar
el pasado
y los pájaros cantaban un himno en la patria
la sangre exigía otro color
las piedras se mantuvieron quietas aquella
madrugada
Los árboles
pronosticaban el porvenir
y yo era causa de mi llanto
La densidad de mi ser era una rareza
estuve consumido en la totalidad de mi
existencia.
fui un grito
Un día, llegué a reconocer mi deuda
Mi deuda eterna con la madre
Todo se abrumó en un eclipse
Un día pensé en la proximidad
y caí, caí
en los dominios del tiempo
Tomás Manuel Fábrega
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