Hay
Hay destrucción, quien la conozca conoce lo mío,
mas no es necesario que se conozca,
no es de oro, es de niebla el riachuelo,
un puro estar cubierto por neblinas.
No hay sensación de dicha que te convenza,
sí de la nada, eso perdura, y poco te importan
ya las cosas que no te destruyen,
y al oír música en la radio sólo quieres Volga y
cosas lejanas, extrañas, de las estepas.
Hay destrucciones, y no es que sufra,
¡si no hay otra forma de ver a los dioses!
y hay un amor, pobres y enfermos vosotros dos,
por él tienes que andar cantando de patio en patio.
Gottfried Benn
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