Sobre el Hombre Topo

SOBRE EL HOMBRE TOPO:

Somos un grupo de producción literario e intelectual definido por su obsesión por la crítica cultural, la escritura, el cine, la filosofía y la traducción. Esperamos difundir ideas, textos, traducciones, fragmentos inteligentes de una luz no tan lejana.
Escriben en esta revista: Franco Bordino, Matías Rano, Gustavo Roumec, Tiépolo Fierro Leyton, Juan M. Dardón, Tomás Manuel Fábrega y Xabier Usabiaga.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Coda a la alegría - V



V

Soy joven, quizá de cuerpo,
Quizá de cabellos y orejas blandas.
Soy joven, 17 años no es una edad justa para ser senil,
Dicen algunos y pregonan todos.
¿Dónde está el olor a infancia?
Aquel hedor de polvo amontonado en el barandal
Noventero de la casa.
Aquel aire de dulce marrón guardado entre tablas,
Entre autos de color vinotinto,
Ah la dulzura esparcida por sus asientos grises como
Las tardes de octubre en 1999.
¿Dónde estará escondido?
Aquel aroma fresco,
De periódicos abultados en las cajas secretas del ático.
Aquel perfume de antenas estrambóticas
Que casi siempre pescaban vientos foráneos.
Aquella sensación amarga
De morder la tapa de un libro antiquísimo.
¿Dónde está?, al parecer me hace falta.
Esa niñita de rubios cabellos,
Boquita carnosa, fruto de edén y pecado eterno de Dios.
Que entre sus dientes incompletos atrapaba las flores blancas
Del jardín y los estandartes carmesíes de la dulcería.
De pronto se esfumó,
Creció cincuenta metros y sus nalgas ya no aplastan
El prado solitario del parque, ni los pliegues perfectos de su falda.
Ah, pero siempre me llega a la mente,
Sus juegos pesados y su lengua inquieta,
La brusquedad de sus manos cuando delicadamente
Tendía una manta sobre la yerba fresca,
Cuando sobriamente nos acurrucábamos bajo un cielo
Cuasi gris y no del todo azul,
Cuando en menos de un segundo
Jurábamos ser Adán y Eva,
Y en menos de dos
Ya éramos serpiente y Eva,
Y en menos de tres segundos
Dios se enroscaba en el reptar místico que lo tentaba
A hacer aún más bella su creación.
Y ahora veo un panorama compatible sólo con el presente,
Pasajes de horas y horas, como mares que anegan una lágrima
Y se beben el calor de un párpado rebelde.
Lo veo fabricar su orgía,
Ahora mismo, en frente mío,
Nada del pasado, sólo hoy, sólo ahora,
Mañana, quizá.


De pronto la música se comprime cada vez más,
De pronto las anáforas de aguaceros y carritos de papas fritas,
De ancianas rosadas, ¡Plaf!, se paran repentinamente,
Se yerguen ahí, detenidas en medio de un suspiro,
Dos mil, dos mil uno, dos, tres, cuatro, cinco,
Seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce.


AUTOR: Tiépolo Fierro Leyton

Coda a la alegría - III



III

¿Para que las tumbas si los muertos habitan en nuestras caras?
Si llevamos sus despojos a través del viento de las puertas,
Si soñamos su huida por entre el ropaje de la ventana,
Si perfumamos sus palabras en los portarretratos, con flores en sepia,
Con la mañana teñida del tañido de las lóbregas campanas.
Una estepa fría y una playa llena de arena y cenizas de noche,
Una estampida paquidérmica en la primera plana del diario.
¿Para que las tumbas? ¿Para que los obituarios?
Un viejo saborea su fracaso,
Caminata entre los fragmentos de sueños lunares,
Invernales aspiraciones llenas de nostalgia y congeladas,
Como un canal de San Petersburgo ante la mirada lacónica de enero.
Un violín opaco y glorioso,
Una balalaika en naturaleza muerta y las
Páginas ajmatovianas en bodegón entreabiertas.
Una bella composición sin duda alguna,
Sólo falta el barro que empaña las botas de antaño,
Del ayer que siempre permanecerá como futuro,
Lleno de oro o lleno de miel.
¿Para que las tumbas? ¿Para que los muertos?
¿No lo ves acaso?, lo acabas de decir.
Ellos son nuestras pisadas, ellos son la tierra mojada
Que se esculpe en la sombra de nuestros pasos.
Ellos siempre permanecerán en el futuro,
Oro y miel.
No hay porque olvidar,
El olvido es algo demasiado bello y perfecto,
Algo que nosotros jamás mereceremos.


AUTOR: Tiépolo Fierro Leyton

sábado, 16 de marzo de 2013

La tía





Mi tía está pasando un buen momento. Cuando habla de mi se le humedecen los ojos. Llora. Y eso me gusta. A quien no le gusta que alguien se emocione al hablar de uno.

Me dice que me tiene "allá" y su mano se recorta en el cielo limpio. Mi tía está pasando por un buen momento.

Si me preguntan, ahora que estoy relajado, les digo: está mejorando con respecto a su vida anterior. En su vida Anterior fue amiga de Pappo, se los juro. Vio todos los recitales, nada de banditas improvisadas de garaje. Un día estaba en un bar de capital y apareció la iguana. Tiene fotos con Ozburne, con los de Scorpions, con cada uno y con todos juntos. Tiene una púa de Steve Vai y- aunque no me crean- una de Flea. Para ella Flea no representaba gran cosa, pero tiene su púa. En su vida anterior había cosas como esas pero también había otras cosas. Cosas que no eran tan buenas.
Ya no va a recitales; vive en una casa de campo con un muchacho que tiene mi edad. Hay vacas, caballos, toros; cuando ve un toro dice: mirá ese chabón. Es algo raro.
Hoy empezó un curso de panadería y vino a traerme pan caliente. Me trajo una baguett (?) con chicharrones; una cremona, un cuernito. Todo humeaba. Mientras comía los panes pensaba en escribir estas cosas.
Ella mejoró con respecto a su vida anterior.

AUTOR: Matías Rano

Italia



Laura me contaba por mail sobre su viaje al norte. Ahora mismo estoy releyendo uno. Me pedía que fuera a su casa y que “sin vergüenza” le pidiera a la madre un cd con fotos. En la carátula del cd decía: “amigos en Italia (vía Veneto)"
Lo de vía Veneto era chiste. Laura no sabía que significaba esa expresión.
Les transcribo el primer mail:

"Como decís vos los docentes somos los únicos que podemos darnos el lujo de viajar en vacaciones de invierno. Plata y tiempo. No sé que esperás para ponerte a estudiar. Te escribo desde el norte, pero desde el norte de Buenos Aires..., Te preguntarás como a dos días de haber arrancado estoy acá, cuando siempre a esta altura estoy, por lo menos, metida en la selva misionera. Incomunicada, extrañándolos a todos: las cervezas y la música en el galpón. Pero me quedo acá, en este pueblo.
Si por computadora te pudiera enviar olores, te mandaría el olor a vomito que se respira por todo el pueblo. Habría que matar al hijo de puta que lleno todo el lugar de esos arbustos. Es vomito puro. Sin embargo me quedo.
Ya emparché la pinchadura. Pero hay algo que me intriga...
Pinché y me puse a caminar, buscando un cricket. Las veredas todas tranquilas. Yo buscaba una casa con garaje y coche. Entonces vi ese Fiat chiquito. Idéntico al que Alejandra me mandaba en las fotos de Italia.
Nunca te hablé sobre ella. Bueno, nunca sobre su “exilio”. Dijo que ya no soportaba más este país.
Durante ese supuesto-último-invierno en Argentina se la pasaban removiendo la tierra. Años dejando que las plantas se quemaran y ese año se les había dado por remover la tierra...”


Como me escribía desde un Cyber se disculpó diciendo que ya cerraban. Se iba a quedar hasta “develar” el misterio. Ni idea de que hablaba. Pónganse en mi lugar. Igual no me daba ninguna intriga.
El segundo mail decía:

EL SALTO




Pandolfo volvió de su vuelta al mundo.

La voz de Carina estaba grabada en el contestador de Nicolas: "No tenemos donde reunirnos. Pandolfo la gastó en el viaje y tuvo que vender el departamento; Y la madre no le piensa prestar la casa para una reunión...," Nicolas aceptó poner el suyo.

Pandolfo ocupó el sillón de Rivadavia. Los que entraban no lo veían hasta que se cerraba la puerta..., y si abrían muy fuerte lo golpeaban.

¡Pando! ¿qué se cuenta? Encogimiento de hombros, sonrisa.
Se formó un círculo en torno a la mesita ratona. El departamento era estrecho.

- Pandolfo- dijo Nicolas- la otra noche descubrimos al ladrón de las colillas de los porros...
- Ah, ¿sí?
- Moe Poe se los lleva al alfeizar de la ventana...
- Alfeizar...,
- Sí, la parte de cemento, donde se apoyan las macetas en la ventana. Por eso siempre está con los ojos colorados.
- Mirá que loco, che. ¿Moe Poe se llama el gato? El anterior se llamaba Música. Seguís de novio por lo que veo.

Se turnaban para atender el portero.
- Primo se juntó- dijo Nicolás- con una universitaria...el tipo se sentaba en la plaza. Se la daba de bohemio; a la hora que la mina pasaba él estaba con un libro.
- ¿Sabe leer?
- Un día- dijo Vallina- lo vi en esa actitud: estaba en la plaza, con un libro y una boina el muy hijo de puta; me acerqué y traté de leer el título... lo tenía al revés...
- Pero después se puso a leer de verdad- dijo Nicolás.
Vallina fue por cervezas. Habló en el camino:
- Nos reunimos acá y él lee, todos charlando, jugando y él leyendo. Y queda pegado a cada pelotudez que lee, leyó dos páginas del Zaratustra y nos decía que éramos desperdicios de carne humana. Que no aprovechabamos nuestras vidas y hasta puso la mano en la hornalla para demostrar que tiene coraje.
- ¿Cómo se llama lo que está leyendo ahora?.- preguntó Carina.
- El del docente maricón que está de vacaciones, o jubilado, y empieza a mirar con ganas a un nene de 14.- Dijo Vallina.

LOS AMIGOS



Hola, dijo ella y tiró la colchoneta al lado mío, encima el montículo de tierra que yo siempre cuidaba.
Sus amigos jugaban a la pelota.
- Me voy a casa- dijo ella- les dije y me vine con vos. Creo que te conozco- sacó un anuario de Selecciones de un bolsito- ¿qué hacés para sobrevivir?
Le conté que era un poco artista callejero. En el verano en la costa y en el invierno jardinero en quintas de la zona. Mentí con lo primero.
-Dijo que quería mostrarme algo. Abrió el libro y me mostró una foto de su hermano. El chico estaba con una polera en el frente de un edificio, la escuela en la que había hecho la primaria. El día en que se tomó la foto parecía ser más frío que el 19 de Julio en el que me la mostró.
Le conté algo: Una vez a mi me gustaba una mormona, la veía pasar para la iglesia, sabía que iba ahí pero no tenía como hablarle. Un día choco en la moto, quedo internado y de compañero de habitación me toca otro mormón. Entonces le describí a la chica mormona que me gustaba, pero él me dijo que no tenía la menor idea de quien le hablaba, y era cierto.
- ¿Para qué me contás eso? ¿Querés darme celos?
- No, quiero decirte que por más que uno esté en la misma cosa a veces podemos no conocernos.
- ¿Y cómo sabés que él también trabaja en quintas si no te dije nada?
Me había atrapado. Con su hermano habíamos cavado profundo una vez.

- El otro día- dijo ella- me metí en el galpón de mi abuela. Antes de juntarse con su chica mi hermano vivió ahí. Mamá lo trataba tan mal... él se conoció con su novia por medio de un programa de radio espantoso, una chica muy católica la novia. En ese programa siempre leían cosas sobre el amor... el amor...
- shhh, termina con lo del galpón.
- Ahí encontré estos libros. Mi hermano decía que la lectura tenía que ser sana e instructiva y tenía un montón de libros así en ese galpón. Pero la cosa es que cuando saqué este salieron tantas cucarachas. Este libro cayó y quedó con una encima... y en ese momento me sentí como debió sentirse mi hermano... con el maltrato de mamá y el nuestro.
Atardecía.
- De todas formas yo no estoy acá por casualidad- dijo mi nombre- yo se lo que hiciste con la ayuda de mi hermano...
UF! Estiré los brazos como autómata y le apreté el cuello, al principio no presioné lo suficiente, solamente nos mirabamos. Con los pulgares le acaricié la garganta. No le hundí los pulgares pero apreté. Apreté duro. Entonces ella hizo algo que Juana no había hecho...
- NO- dijo...- Juana quería morirse. Con vos. Pero yo quiero quedarme viva. A.. cá.
aflojé la presión: Con vos- dijo con el último aire.
Alguien vino corriendo de la sombra, pasó corriendo y sin detenerse quitó, como un mago que quita un mantel, la colchoneta de ella. Y ella quedó sobre el montículo de tierra fresca. Intenté pararme para alcanzar al ladrón, pero ella me dijo que era un amigo.
Después me dijo que ella era la única que sabía y que quería quedarse ahí.


AUTOR: Matías Rano

jueves, 7 de marzo de 2013

INSPIRACIÓN DILUVIAL


"Eso que ha podido pasar en 1961, no pasará ya en 1962". J. P.

Dejé la ventana abierta anoche,
con tormenta.
Cuando subí a mi pieza
vi la cama llovida
pregunté por qué carajo la abandoné.
No soy
el alto iniciado de las rosas que creí ayer.
Hace un par de días que no como,
y estoy pensando en morir.
Ya no me encuentro
en las cenizas de los aviones,
me equivoco
entre los árboles del caucho.
Ese puto verso de Prevert.
Atrás oigo la Salsa Céltica.
Quiero negarme, hermano,
irme ceniza,
hacerme caucho,
crecer a la sombra lenta,
hermano,
salvame, no me llames,
dejame solo, ella me signó con un beso,
cómo se arranca una palabra de sus pechos contra el mío,
hermano,
no me llames, el teléfono no va a entrar en la muerte,
voy a morir tranquilo,
sin ella, con mucho petróleo encima,
sin ron, con esos jodidos versos de Prevert reventándome el vaso,
el mentón descubierto para el nockeo,
la sonrisa esgrimida en la rumba,
un pivote,
la cama llovida, llovida,
la dejé, no pude,
ese avión lleno de cubanos muertos,
esa cosa en la cama que entró con la lluvia:
una ostra de jacarandá.

Juan M. Dardón.

BOULEVARD


Olvidate de mí en estos días
que todavía sos chica,
porque yo me conozco
voy a empezar a entrar en las cosas
en los ruidos que hacen
las sillas los colchones
las puertas los platos
el baño, y no me vas
a sacar más.
Solamente voy a estar ahí,
yo con mi mujer mis hijos, o no,
pero ahí, con aliento a resina
voy a quedarme en los encendedores,
o peor, entro en la radio
en otra gente
en las cortinas vacilantes.
Olvidate de mí ahora,
porque lo tibio lo azul
lo agrio no descansan
siguen, y me quedo
ahí, repitiendo una mueca
sobre un banco
acariciando a la gata
discutiendo algo, así,
ingenuo como soy,
y cuando traigas otro tipo
no le va a gustar
se va a dar cuenta
que estoy acá
completando su falta de
talento para el amor
su mal gusto en camisas,
va a sentirse incómodo
cuando sepa que está
copiándome y que vos
lo gozás. Olvidate
de él, porque se va a ir
cuando no quieras
sacar mi foto ni tirar
mi ropa o quemar las
lapiceras que mordí.
Dejame donde me encontraste
en el pasillo de una escuela
donde no eras feliz
y yo era
sólo un pibe
más, de esos que
se desvirgan en el
baño de una fiesta de
dieciocho de alguna amiga
tuya. Dejame como
estoy. Dormido.

Juan M. Dardón

DEFINICIONES


En Marruecos las cosas se pusieron peor
dos navajas me quitaron
la cartera con el móvil y los libros
y la suma de las definiciones
que escribiste en los
márgenes de mis diccionarios van
alejándome de los bares.
No sé cuanto sepa de boleros
Cigala, pero es cierto
que no hay suficientes
pianistas negros en Al Andaluz.
Cuando mi frente toca el
tapiz al orar, pienso en vos
parada en una puerta
(Lugar donde se besan los cuartos
con una sola boca),
pienso, sacrilegio,
en tu último mes enferma
en el hospital, antes de volver,
y si me entendiste mal
perdón, sólo quería que te
fueras tranquila y sin mí
si fallé si te equivoqué
no fue falta de amor
fue esa templanza que me
enseñaron mis padres
ante mujeres venidas
de detrás del océano,
es un instinto de auto-
conservación, y si me acuerdo de las mañanas afeitándome
frente al espejo (Bifurcación de
narcisos, dícese de las
especulaciones de la luz por amarse) el
espejo estaba pleno de
vos semidesnuda,
cantándome con tu voz
dulce e insípida la larga
canción del ayer (Extensión del olvido. El único modo
en que se materializa el
olvido es al convertirse en polvo).
En Marruecos está todo peor
me llamaron de una biblioteca
y vos no estuviste para decir
que yo no estoy. ¿Quién va a
atender ahora cuando lleguen
los carteros a traer facturas de viejos catres muertos
y dolores de hombro?
Las cosas están duras en Marruecos.
Las sirenas llaman
a la oración, y sé
que voy a pensar en vos,
con la cara de la palidez de tus senos
diciéndome que no querés
irte, que no me fugue
a la playa. La
mujer que me
trajeron hoy no se te parece.
Lo agradezco.

Juan M. Dardón

A Rubén Juárez


La voz me duele
y me hablás con esa sonrisa de Piedad de Miguel Ángel
decís que me cortarías en pedazos
azules y me entrarías
en los incensarios
para que las basílicas
tengan mi olor a máscara
de arcilla para teatros de pueblo.
Te voy a extrañar
cuando el Otro tome la guitarra
y te repercuta los pezones
hasta la armonía,
te digite las pasiones de baulera
las camisas blancas en el sur.

Nunca vimos esa noche larga
de tierra sin espacio
nunca te confesé un pecado real
ni de ella y el Raid y las tijeras
corriendo
encerrándose
en el baño
y yo diciéndole
abrí o reviento la puerta
y ella abriendo

Descarrilamientos



I

Me fugué de una aguja con
mi nombre, de vos, justo
cuando salté del tren. Tenía
las manos ocupadas,
las puertas abiertas, el
tren movimiento, la
inglesa en brazos, vos
sobre el andén asustada,
después puteando, sí Lucía,
salté a la luz sin hora
y caí sobre la tierra, era una
llanura lunar, era el
andén de Caballito. No
me vas a perdonar
morirme de estúpido
o de osado. No te preocupes,
me voy a morir de amor, por
unos balazo, unos filos,
una embaestida ciega

RESPUESTA




"El cáncer que te mata
se muere con vos
y no siempre te mata
a veces te despierta" F. C.

La verdad es que no entendés
nada de esto.
El cuerpo de Dardón
está colgado,
como una frazada oreándose.
Tiene un par de tiros en la espalda
es evidente que se escapaba. Y vos me decís que moriste.
Te lo digo porque
tenés la rara impresión
de que era tu amante,
y los dos sabemos que no fue así,
él intentaba intervenir las manos
de las mujeres con sangre pisciana
pero los dos sabemos
que no hay más que una
penetración reducción retractación
la de la carne