A Rubén Juárez

La voz me duele
y me hablás con esa sonrisa de Piedad de Miguel Ángel
decís que me cortarías en pedazos
azules y me entrarías
en los incensarios
para que las basílicas
tengan mi olor a máscara
de arcilla para teatros de pueblo.
Te voy a extrañar
cuando el Otro tome la guitarra
y te repercuta los pezones
hasta la armonía,
te digite las pasiones de baulera
las camisas blancas en el sur.

Nunca vimos esa noche larga
de tierra sin espacio
nunca te confesé un pecado real
ni de ella y el Raid y las tijeras
corriendo
encerrándose
en el baño
y yo diciéndole
abrí o reviento la puerta
y ella abriendo

diciéndome
no la rompas
si te vas a ir.
Qué hermoso cachetazo
le puse
el de Bardén a Penélope
Cruz
(no fue tan siniestro).

Nunca te dije nada
lacio cae tu llanto
sobre el convento recio
de los árboles-túneles de
Pedro Goyena
Las Carmelitas
sostienen tu espalda
rompo tu teta con las yemas
dentro vuela un vidrio que fue vaso
tu espalda posee un arroyo
un rayo
pero estas imágenes
sólo llevan a la guardia de un hospital de conurbano
mi mujer me acuna
sufre poco
sólo
quiere dormir
el doctor me ve los dedos quemados
y le pide a mi mujer que salga
qué peruano inteligente
me dijo que tengo
que dejar la mezcalina
o el mezcalito
dijo cosas
sencillas
sobre diarreas y vomitivos
pero hablaba del tema.
De ella
y su llanto de vidriería
con el Otro.

No comprendo el diapasón
es cierto
pero me responden los teclados
desde siempre
teclas
t e c l a s
teclado de bandoneón
teclados raros apupilados
teclados distribuidos en espirales
o zig-zags de sexo
no tambores
teclados
no pájaros alzados
teclas
simios tipeadores
¿se acuerdan?
Un digitador como yo
pierde al truco fácil
el teléfono no me llega
el teclado presente

Mi Obra Social
cubre un recurso más
la posibilidad de
prótesis
es decir
puedo convertirme
en el monstruo que
soñé
todo mi infancia de
pibe abusado
todo la primaria
de palizas y humillaciones
puede reconvertirse en
sano odio herrero
prótesis
que me repongan
el teclado vertebral
me levanten de la silla de ruedas
dejar de ser un centauro
y ser un monstruo real.
Un monstruo
sin vos.

Juan M. Dardón