UN
LEÓN DE VERDAD
“Soyez
muette pour moi, Idole contemplative...”[1]
Llegué a mi casa y me encontré en el living un león
Salí asustado por la escalera para incendios y grité
¡León! ¡León! ¡León!
Dos blondas secretarias tocándose el pelo me cerraron de
un golpe la ventana
Salí de casa inmediatamente y me fui dos días a
Paterson.
Llamé a mi viejo analista reichiano[2]
que me había expulsado de la terapia por fumar marihuana
“¡Ocurrió!” jadeé “Hay un león en mi apartamento”
“Me temo que cualquier conversación al respecto carecerá
de importancia” me dijo y cortó.
Fui a lo de mi antiguo novio nos emborrachamos junto a
su novia
Lo besé y declaré que tenía un león con un fulgor de
locura en mis ojos
Nos calentamos forcejeando en el piso le mordí la ceja y
me echó a patadas
Terminé masturbándome en su jeep estacionado en la calle
mientras gemía “León”.
Me encontré a Joey mi amigo novelista y le rugí “¡León!”.
Me miró interesado y me leyó sus altas poesías ignú[3]
espontáneas
Esperaba escuchar leones y lo único que escuché fue
Elefante Tiglón[4]
Hipogrifo Unicornio Hormigas
Pero me pareció que realmente me había entendido cuando
hicimos el amor en el baño de Ignaz Wisdom.
Sin embargo al día siguiente me mandó una carta desde su
retiro en las Montañas Humeantes
“Te quiero pequeño Bo-Bo con tus leones dorados y
delicados
Pero no habiendo Sí Mismo ni Rejas el Zoológico de tu
querido Padre no tiene leones tampoco
Vos dijiste que tu madre estaba loca no pretendas que yo
produzca el Monstruo para tu Esposo.”
Confundido aturdido y exaltado me detuve a pensar en el
león real en Harlem muriéndose de hambre entre su inmundicia
Abrí la puerta de la habitación estaba llena con la
explosión bombástica de su ira
Él rugía hambriento al revoque de las paredes pero nadie
podía oírlo afuera a través de la ventana
Mi ojo vislumbró el borde del edificio vecino de departamentos
rojos que permanecía en quietud callada
Nos miramos el uno al otro su ojo amarillo implacable adentro
de la aureola de pelo rojo
Limpié reumático el lugar yo solo y él dejó de rugir y
mostró un colmillo como gesto amistoso.
Le di la espalda y cociné brócoli para la cena en una
cocina a gas de acero
herví agua y me di un baño caliente en la bañera vieja
bajo la tabla del fregadero.
Él no me comió, aunque yo lamentaba que él se estuviese muriendo
de hambre allí delante mío.
A la semana siguiente estaba consumido una alfombra enferma
llena de huesos pelo trigueño cayéndosele
ojo furioso y enrojecido mientras apoyaba su cabeza gigante
dolorida y peluda encima de sus zarpas
al lado de la biblioteca caja-de-huevo rellena de
volúmenes delgados de Buda y Platón.
Sentado al lado suyo todas las noches apartando mis ojos
de su cara hambrienta carcomida por las moscas
dejé de comer yo él se puso más débil y rugía a la noche
mientras yo tenía pesadillas
Comido por el león en la librería del Campus Cósmico, un
león yo mismo muerto de hambre pintado por el Profesor Kandisky, muriéndome en
una jaula circense de leones,
Despertaba por las mañanas el león todavía conmigo en el
piso muriéndose —“¡Presencia Terrible!” lloraba yo “¡Comeme o morí!”
Me levanté esa tarde —caminé hacia la puerta con su pata
apoyada contra la pared para sujetar su cuerpo tambaleante
Dejó salir su alma lanzando un chirrido desde su paladar
sin fondo
tronando desde mi piso hacia el cielo más intenso que un
volcán en la noche de Méjico
Empujó la puerta que estaba abierta y dijo con un tono grave
de voz: “Esta vez no Baby —pero volveré por ti más tarde.”
León que se come mi mente ahora por una década
conociendo sólo tu hambre
No la dicha de tu saciedad Oh rugir del Universo cómo me
escoges
En esta vida yo escuché tu promesa yo estoy listo para
morir yo he servido
A tu hambrienta y antigua Presencia Oh Señor espero aquí
en mi cuarto tu misericordia.
París 1958
[1] “Volvete muda para mí, Ídolo contemplativo”. Verso del poema “Rapsodie de sourd” de Tristan Corbiere.
[2] Wilhelm Reich (1897 – 1957), psicólogo austriaco-estadounidense cuyos
métodos y teorías psicoanalíticas fueron reputadas de poco científicas por las
mismas instituciones psicoanalíticas.
[3] Palabra acuñada por
Ginsberg y Kerouac con la que designan un tipo humano, el de cierta clase de
artista, cuyas características desarrolla Ginsberg en un poema homónimo. La
palabra habría surgido de una combinación entre “gnóstico”, “agnóstico” e
“ignorante”.
[4] Felino que resulta de la cruza de un tigre y una leona.
De Kaddish and other poems
TRADUCCIÓN: La traición del Hombre Topo / Franco Bordino
[1] “Volvete muda para mí, Ídolo contemplativo”. Verso del poema “Rapsodie de sourd” de Tristan Corbiere.
[2] Wilhelm Reich (1897 – 1957), psicólogo austriaco-estadounidense cuyos
métodos y teorías psicoanalíticas fueron reputadas de poco científicas por las
mismas instituciones psicoanalíticas.
[3] Palabra acuñada por
Ginsberg y Kerouac con la que designan un tipo humano, el de cierta clase de
artista, cuyas características desarrolla Ginsberg en el poema así titulado. La
palabra habría surgido de una combinación entre “gnóstico”, “agnóstico” e
“ignorante”.
[4] Felino que resulta de la cruza de un tigre y una leona.
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