…En los templos en los que se rendía culto a Moloch había siempre una enorme estatua de bronce del dios. Dicha estatua estaba hueca y la figura de Moloch tenía la boca abierta y los brazos extendidos, con las manos juntas y las palmas hacia arriba, dispuesto a recibir el holocausto. Dentro de la estatua se encendía un fuego que se alimentaba continuamente durante la ceremonia. En ocasiones, los brazos estaban articulados, de manera que los niños que servían de sacrificio se depositaban en las manos de la estatua y, por medio de unas cadenas, las manos se levantaban, con el niño arriba, hasta la boca del dios introduciendo a la víctima dentro de su incandescente vientre.
Durante el sacrificio, los sacerdotes del templo hacían sonar tambores, trompetas y tímbalos, de manera que no se oyeran los llantos de los niños.
Plutarco relata (De Superstitiones, 171):
“Antes de que la estatua fuese llenada se inundaba la zona con un fuerte ruido de flautas y tambores, de modo que los gritos y lamentos no alcanzaban los oídos de la multitud.”
Diodoro Sículo (Diodorus Siculus) (20.14) escribió:
“Había en la ciudad una imagen de bronce de Cronos con las manos extendidas, las palmas hacia arriba y cada niño que era colocado en ellas era subido y caía por la boca abierta dentro del fuego.”
Teodoro también relata que los familiares tenían prohibido llorar, y que cuando Agatocles derrotó a Cartago, los nobles cartagineses creyeron que habían disgustado a Moloch, así que sustituyeron a los niños recién nacidos por sus propios hijos para el sacrificio. Intentaron compensar al dios realizando el holocausto con 200 niños de las mejores familias ininterrumpidamente, llegando a sacrificar 300 en total. La gigantesca estatua de bronce estaba al rojo, y las tropas que sitiaban la ciudad asistían al espectáculo desde las murallas exteriores que ya habían conquistado.
También lo relata Cleitarchus en un comentario sobre la República de Platón:
“Al ver venir al Sumo Sacerdote de Moloch vestido de túnica púrpura, color de pureza, le pregunté cual es el origen del culto. Me contestó que en los tiempos primordiales hubo una gran catástrofe y hoy en día si no fuera por los sacrificios para fertilizar la tierra, serían piedras lo que encontrarían. Entonces, en medio de una plataforma había una estatua de Cronos, con las manos extendidas sobre un brasero de bronce, las llamas que engullen a los niños. Cuando las llamas alcanzan el cuerpo, sus miembros se contraen y la boca abierta casi parece reír, hasta que el cuerpo contraído se desliza resbalando al fondo del brasero. Así es que esta mueca se conoce como risa sardónica, puesto que ríen al morir.”
Los sacrificios preferidos por Moloch eran los niños, especialmente los bebés, por ser los seres más impregnados de materia, característica que los adultos perdían con el tiempo al desarrollar su espíritu…
EXTRACTO CON ALGUNOS RETOQUES
DE LA ENTRADA DE WIKIPEDIA SOBRE EL DIOS MOLOCH
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