Me gustaba pensarte maníaca,
guardando trocitos de resortes,
maderas,
papeles.
Pensarte en pelota bailando
ante los atónitos jueces que tú tienes
para cuando te baja el autoestima.
Pensarte pensándonos,
mientras molías hojas (¿del gomero?)
y te quejabas por ir a poner la mesa
(No querías. Nunca quisiste)
Comiendo maní como una desquiciada
y teniendo cajas llenas de recuerdos
que ya olvidaste con cariño.
Guardando frascos,
colores,
basuras,
para llenar vacíos que aún no encuentro.
Una vida llena de rituales,
canciones eslavas
y conservas abiertas
Pensarte apartada,
triste,
retorcida.
Sólo por el gusto de arrancarte
y hacerte diferente.
Pero sólo estás tomando pastillas
en tu pieza, oscura
mientras la vida se te pasa,
callada.
XABIER USABIAGA
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