Un continente abraza
y espera por su tiempo.
Sabe que llegará
Su esperanza nace del desierto
como una flor que se calienta en la sangre.
Por costumbre
La magia se reza mirando al viento
para que las palabras vuelen hacia el pasado
hacia los ancestros que esperan
por su nuevo tiempo.
El todo no es más que la nada,
son equidistantes, equivalentes, solsticios.
La sombra no siempre sigue los pasos del caminante,
a veces se pierde y se enreda entre las dunas.
Se pasa
mayo en vela por las lluvias que no llegan.
Y el canto sube hacia las nubes
en Nubia
donde le cantan a los muertos
para que esperen y no pierdan la fe
en el día
en que llegarán a ser
un continente que abraza
y que grita libre
cada vez que recuerda el Nilo.
Autor: Gustavo Roumec.
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