Sobre el Hombre Topo

SOBRE EL HOMBRE TOPO:

Somos un grupo de producción literario e intelectual definido por su obsesión por la crítica cultural, la escritura, el cine, la filosofía y la traducción. Esperamos difundir ideas, textos, traducciones, fragmentos inteligentes de una luz no tan lejana.
Escriben en esta revista: Franco Bordino, Matías Rano, Gustavo Roumec, Tiépolo Fierro Leyton, Juan M. Dardón, Tomás Manuel Fábrega y Xabier Usabiaga.

domingo, 22 de diciembre de 2013

El discurso del hombre - Fábrega


El discurso del hombre

Viejos camaradas
hoy mi deber era llamarles por sus nombres
dejar las lisuras
recuperar mi cuerpo
vencer junto a ustedes
pensarles un instante
vivirles
mostrarles mi alma
 pura, tácita, sincera


soy un llanero.

Llanero que canta como exprime las verduras de occidente
que no deja su tierra ni por más que no entiendan
ni por más que la entreguen  a la corona escuálida
                                              y al tirano burgués.

Llanero que llora en la gran ciudad
por nostalgia del futuro
del pasado de las cosas
del pasado de los himnos llaneros.

Llanero que ama en los palmares
                             en las galeras
                              en los arreos
                              en los cajones
                              en el liderazgo del relincho sangrando
                             y en la quirpa del joropo donde llegan las mujeres.                                                      

 En infinidad de elementos, que no importan
que sería en vano describirlos
solo puedo contarles, camaradas: llegué.

llegué a la explanada ayer,
tras una insólita intervención de un poeta
tras una insólita mención de un extranjero.


 y  escuché   epopeyas
                                       y leyendas.
¡Que nada envidiaban de los griegos!
                                     de los nórdicos
.

Los llaneros son los hombres más bravos
y  doy por finalizada mi nacionalidad.

Renuncio a mi patria, mi patria son Los Llanos.
                                   

Cuanto les diría de lo que recién ante-ayer  coseché
  cuanto les diría del pájaro que chilla por las mañanas de la llanada

Sólo sé que nada de lo escrito convoca
 y mañana, si, mañana
en un mañana junto a ustedes
el llano será la sede del gobierno del altísimo.



TOMÁS MANUEL FÁBREGA

Clarivigilia Primaveral - Miguel Ángel Asturias



CLARIVIGILIA PRIMAVERAL

1. A LA LUZ DE LOS ORO-PENSANTES LUCEROS

1

La Noche, la Nada, la Vida,
las Inmensas Viudas,
y el Ambimano Tatuador de mundos
que Él creó con sus ojos
y tatuó con su mirada de girasol,
creó con sus manos, la real y la del sueño,
creó con su palabra, tatuaje de saliva sonora,
mundos que al quedar ciego
rescató del silencio con el caracol de sus oídos
y de la tiniebla luminosa
con su tacto de constelación apagada,
con sus dedos enjoyados de números y colibríes.

La Noche, la Nada, la Vida,
las Inmensas Viudas
a la luz de los Oropensantes-luceros,
Emisarios que se perdieron en el cielo de níquel
sin desanillar su mensaje
y el Ambimano Tatuador
cegado por la lluvia de ojos de hilo.

domingo, 15 de diciembre de 2013

La eventualidad de la película - Fábrega



La eventualidad de la película

De Salamanca del Choapa
No quedan más que ríos y palmas

Allí pensé en mi trascendencia
Un día cuatro de febrero de 1992

Recordé mi futuro

Como si los vientos  me contaran que seré un fracasado     más

Nada ocurría en el pueblo
Solo el vino conversaba con las calles, y las plazas

Los cerros me dijeron:
“vos nos sos llanero“
me derrumbé

Ramiro Rafael Berrillos, el poeta
Escribió una carta, decía:
                                                                                                     La Tirana, 1992
 Pareciera que la ambigüedad hace la correspondencia, vos sos la muerte y no el diablo. Déjate de actuar en bailes y fiestas. Vente a La Tirana, hombre, hombre de mala fe. La poesía es el lenguaje del tiempo.
Un abrazo para- conmigo
RRB



El mar                                                       El mar                                                                                        
                  Me hablaba de seres que
Sin saberlo, cayeron en cuenta del infortunio
                    Cayeron en cuenta del infortunio


Ese día parecía: multiplicarse

La nieve  reflexionaba 
Contemplaba la realidad, y pronunció su discurso:

Tu futuro no es más que el de un pecador, absoluto. Un pecador por excelencia. Tu existencia es la de fracaso en fracaso. Caída tras caída.
¡De pie muchacho!

Los jueces: Nunca debatas creyendo tener la razón
                    ¡Como creerles!




y los bosques, ellos sí que hicieron rememorar el pasado
y los pájaros cantaban un himno en la patria

la sangre exigía otro color
las piedras se mantuvieron quietas aquella madrugada


Los árboles  pronosticaban el porvenir
y yo era causa de mi llanto

La densidad de mi ser era una rareza
estuve consumido en la totalidad de mi existencia.
fui un grito

Un día, llegué a reconocer mi deuda
Mi deuda eterna con la madre
Todo se abrumó en un eclipse

Un día pensé en la proximidad
y caí, caí
en los dominios del tiempo



 Tomás Manuel Fábrega

La eventualidad de la película II - Fábrega



La eventualidad de la película II

                                                        "¿Qué es mi nada, junto al estupor que os espera?"
                                                                                                  Jean Arthur Rimbaud

Todo ha sucedido en fin
como para la eventualidad de una película


La lírica en una historia
la filosofía en un zapato
y el licor nuevamente en las esquinas

una bicicleta ha de llevarme a los más oscuros caminos de la tierra
una bicicleta, ha de salvarme
en una salvación dejo todas mis esperanzas


Y yo atormentado
Cómo iban a conversar  todos los seres que: parecían inertes a mi inútil existencia

Creo que todo ha pasado


Y la naturaleza habló como para no callar
Sólo para decirme:
que en el futuro iba a estar, muerto y para siempre.


Tomás Manuel Fábrega


Una práctica inconclusa... - Tomás Manuel Fábrega




Una práctica inconclusa de cómo enmendar la relación con nuestro enemigo tiempo

                                     “Es para llorar que la muerte es tan rápida
                                                              Es para llorar que la muerte es tan lenta”
                                                                                  Vicente Huidobro

Debemos ser libres de la edad y el tiempo
 Porque el río pide una visita
y mi nogal, un riego inconcluso

debemos ser libres
porque así lo ansía tu mirada
así lo exige mi padre
así lo exigen los poetas.

Porque así lo pide el tiempo
porque así lo pide el tiempo

debemos ser libres de la edad y el tiempo
porque así la muerte – culmina-
y es muerte
y no existe

porque así lo exigen las moscas
que de un día al otro
ya se fueron

¡Adiós tiempo querido!

Como ha de ser posible
que en nuestras existencias
seamos perros vagabundos
seamos ratas despeinadas
y no seamos en esencia
lámparas  y velas

Porque por atrás ataca la muerte
y nos lleva lejos
¡Adiós tiempo querido!

Nos despreocupemos de vos                         Porque aprendimos que


Debemos ser libres de la edad y el tiempo

Esclavo de la muerte - Tomás Manuel Fábrega




Esclavo de la muerte

 Soy  esclavo de la muerte
quién diría lo contrario
si paso preguntándome por un pueblo fantasma
si paso preguntándome por el pasado

uno dirá
            qué hacer

cuando ya no ves en el campo
cuando ya no aprecias en el llano
cuando ya no cantas en el canto

uno dirá
            qué hacer

cuando ya no amas en la tierra
cuando ya no se puede, leer

soy esclavo de la muerte
ya lo sé



Tomás Manuel Fábrega

lunes, 9 de diciembre de 2013

Camerata Ciega - IX


IX


“….Forasterito soy, sin consuelo estoy. Pasajerito soy, mañana me voy…”
(Huayno Tradicional Andino)


Ver las ventanas,
Irse, volverse blancas.
Partir al galope de la escarcha que jamás vi sudar
Nieve en la mañana del desayuno,
Ni en el otoño eterno del cielo.
Forzar una rima aérea,
Caer, ser flor de loto y bebido
Nacer en las entrañas de un camello.
Anidar, reír y atravesar los senos perfectos
De la tierra, entre arañas de néctar a abeja jugar.
Frutos, árboles y seda que escurre
De las entrepiernas de alguien,
Ser océano y una ola que quiere ser mariposa.
Postrar los ojos e incendiar parabrisas
Con un suave vaho de lluvia,
De boca que quiere despedida.
Y no es adiós, ni hasta luego, ni vete al carajo,
Incierto es,
Sombrío quizá, cómo un buenos días a la antesala de medianoche.

Y a las cuatro se levanta,
Como un ave blanqueada por un efímero invierno.
Junto con pasos inciertos que se reproducen por millones,
Insomnes como sus mismas huellas, amnésicas de sueños.
Forastero, pasajero, que de la montaña viene,
Que con el orgasmo del sol en oriente, parte
Y hace un Nilo acuoso en Saharas de piel, en dunas de leche.
No quiero irme,
No quiero ser una plegaria lejana.
Pero tampoco he de plantar mis pies en estas
Rocas tan hambrientas.
Volver a los vidrios verdes,
En cerebros estallar carcajadas,
Y quizá un bosque de hadas florece en mandíbulas,
Quijadas, inquietas lenguas de leguas mil.
Leñador ronda y abre sus manos de ampollas,
Vino, hierro, atardeceres granulados en su hoja virgen.
Ya los ríos duermen como los niños de Herodes,
Madre amasa galletas y chispas dulces de entrañas
Se recuestan, tranquilas, serenas,
Paladar no conoce el sabor de nada.
Del sexo un umbral delgadísimo, la muerte
Un limbo más vivo que la fe.
¿He llegado acaso? ¿He dado tres golpes a un portón de gelatina?
A lo mejor sólo parezco un pedestre semáforo.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Sonata de la pastora



Sonata de la pastora

Bellísimos animales
que pasan y dejan en mí
la estela del río y de la bestia,
del alarido y del dolor extático
—arpegio,
dedos ante un cristal,
yemas y corazones prensados al vacío.


*


Te siento...

Me siento...

Así nos sentimos
en el aire a través de mí
y de vos
Cuando estás a distancia
un temblor de aire,
de muebles y de ríos
subterráneos, en los contornos de todo a través de mí
y de vos,
verdaderamente.

Mirame cuando paso,
MIRATE
hay nenes volando entre nosotros
fiebre alucinatoria de niños sepultados
y un salmo abierto en cada rincón.

Te tocaría si no fueras a romperte.
Te bañaría de palmas, si no fuera a amarte.
Te daría estrellas sensibles para cada diente.

Sí...   Sí...
No...   No...
No me mires
No me toques
No me hables
puedo empezar a sudar hilos de brea por alguna parte.

¿Por qué tus piernas y nalgas buscan el cielo
llenan el espacio con tus juegos de acróbata
tan bellamente? ¿por qué
el negro se encierra en tus ojos
y vuelve desde el fondo de la noche convertido en luz clara?
¡Cómo traen flores del campo, flores de sapo y manzanilla,
tu alma blanca tan desprendida,
tus rasgos en piedra —santa— pulidos por el sol,
tu risa... la manzanilla... tu risa...
la campana aromática de papel blanco
que suena para todos desde adentro tuyo
y para todas las criaturas que pacen en el campo
—pequeña, populosa flor!


Algún día te tocaré las manos.
En ellas, sólo en ellas,

seré una sonata de viento recorriendo tu color.


Franco Bordino